A partir del 1 de enero de 2026, los usuarios de autopistas en Chile deberán enfrentar un nuevo reajuste en los precios del TAG y los peajes, con un incremento del 4,2% en sus tarifas.
La medida, que responde al ajuste anual por Índice de Precios al Consumidor (IPC), fue confirmada por el Ministerio de Obras Públicas y afecta tanto a autopistas urbanas como interurbanas.
El alza se hará sentir especialmente en los peajes más costosos del país, como la Variante Melipilla y el peaje Quillota, dos puntos clave para quienes se desplazan hacia destinos turísticos o zonas rurales.
Por ejemplo, quienes viajen hacia Lago Rapel, uno de los balnearios más concurridos durante el verano, y utilicen la Variante Melipilla, deberán desembolsar $7.190 por el paso.
Desde el gremio de transportistas y organizaciones de usuarios se ha manifestado preocupación por el impacto económico que esta alza representa, especialmente en un contexto de inflación sostenida y aumento en los costos de vida.
El reajuste, aunque estipulado en los contratos de concesión, llega en un momento sensible para muchas familias que planifican sus vacaciones o dependen del transporte por carretera para su actividad laboral.
El incremento también afectará a quienes utilizan el TAG en la Región Metropolitana, donde el uso diario de autopistas urbanas representa un gasto fijo para miles de conductores.
La medida ha reactivado el debate sobre la necesidad de revisar los mecanismos de reajuste automático y la transparencia en la gestión de concesiones viales.
Mientras tanto, las autoridades han reiterado que el alza responde a cláusulas contractuales vigentes y que se aplicará de manera uniforme en todo el país.
Sin embargo, el malestar ciudadano crece, especialmente entre quienes deben enfrentar estos costos de forma recurrente.
Con este nuevo ajuste, el inicio del 2026 se presenta cuesta arriba para los automovilistas, que deberán reorganizar sus presupuestos ante un escenario vial cada vez más exigente.