Las asociaciones de trabajadoras y trabajadores de la atención primaria han decidido alzar la voz, en un gesto que trasciende lo gremial y se instala como una defensa activa del sistema público de salud y lo hacen a través de un comunicado público firmado por las asociaciones ASFUN, AFUSAM, TRASAMU, AFAP y AFAS.
Hoy no es un día más, estamos en un momento en que se pone a prueba nuestra convicción colectiva, nuestra unidad y nuestro compromiso con la salud pública de Melipilla.
La movilización convocada por CONFUSAM no es un gesto vacío, es una acción de defensa de nuestros derechos, los de nuestros usuarios y del propio sistema municipal de salud que sostenemos con nuestro trabajo a diario.
En nuestra comuna, según información entregada por el Director de Salud, Marcelo Cárdenas Moya, y el Director del Departamento de Administración y Finanzas (DAF) de la Corporación Municipal de Melipilla, Hugo Araos, estaríamos enfrentando un déficit financiero local que supera los mil millones de pesos y a nivel nacional, se ha informado que no habrá incremento del valor per cápita o, si lo hay, será muy bajo.
Este escenario amenaza con profundizar la crisis del sistema, tensionando aún más los recursos, las condiciones laborales y la calidad de la atención. Y lo más grave: pese a este contexto, el Director de Salud ha advertido que se aplicarán descuentos a las remuneraciones por participar en la movilización, incluso sin considerar los turnos éticos que han sido presentados responsablemente por los equipos.
Esa advertencia, constituye una práctica abiertamente antisindical, ya que busca desincentivar la participación y debilitar la acción colectiva de los y los trabajadores de la salud y una falta de respeto a derechos fundamentales garantizados en la Constitución, en los Convenios Internacionales de la OIT, y en el Estatuto Administrativo de Atención Primaria de Salud Municipal (Ley N° 19.378).
Ejercer el derecho a manifestarse y defender la salud pública no puede ni debe ser motivo de castigo. Esta movilización no es contra los equipos directivos, ni contra la Municipalidad, al contrario, es en beneficio de nuestra comunidad usuaria, porque lo que exigimos que se corrijan las brechas estructurales que están dejando sin sustento financiero a la salud comunal.
Lo que pedimos hoy evita déficits mayores mañana, protegiendo la estabilidad del sistema que nos da trabajo y garantiza atención a miles de vecinos.
Así lo reconoció públicamente la alcaldesa de Melipilla, Paula Gárate Rojas, en entrevista con Radio Prensa (21 de octubre de 2025), donde advirtió que “la salud primaria enfrenta un escenario complejo ante el recorte del Presupuesto Nacional 2026”, señalando la necesidad de buscar soluciones que aseguren su continuidad y sostenibilidad.
Cuando incluso nuestra autoridad comunal levanta la voz ante el riesgo financiero, ¿Cómo no hacerlo nosotros, que estamos en la primera línea? Y aquí debemos preguntarnos con honestidad: Si hoy no nos movilizamos por causas que benefician directamente a la comunidad y a la salud pública, ¿Qué pasará cuando llegue el momento de movilizarnos por nuestros propios sueldos, por condiciones dignas o por el respeto que merecemos como trabajadores?
El silencio de hoy será la excusa de mañana para seguir recortando, para seguir precarizando, para seguir dividiendo. Por eso, esta lucha es justa, es necesaria y es coherente.
Defendemos nuestros derechos, pero también defendemos el sistema que da vida a nuestra vocación. Porque cuando la salud pública se debilita, perdemos todos: la comunidad, los trabajadores y el propio municipio.
Y queremos ser claros: si la amenaza de descuentos se mantiene, el movimiento se radicalizará.
Como primera expresión de descontento, se hará el llamado a nuestras bases a no asistir a la fiesta organizada por el Departamento de Salud para conmemorar, a destiempo, el Día de la APS (atención primaria de salud). No podemos celebrar cuando se vulneran nuestros derechos, cuando se amenaza a quienes defienden la salud pública, ni cuando se pretende castigar la organización y la conciencia colectiva.
Si hoy callamos, mañana no tendremos voz. Por dignidad, por justicia y por el futuro de la salud primaria en Melipilla, adherimos con fuerza y convicción a la movilización nacional.
La salud pública se defiende, no se amenaza.
Cierra el comunicado de las asociaciones de Trabajadoras y Trabajadores de la salud primaria de Melipilla.