Un 23 de septiembre de 1961, cuando el reloj marcaba las 21 horas con tres minutos, Melipilla no solo escuchó una señal: escuchó el nacimiento de una identidad.
Desde un modesto estudio en calle Ugalde con Ortúzar —en el edificio que hoy alberga a la Cruz Roja— se elevó al aire la primera voz de Radio Ignacio Serrano CB 54, la primera emisora del dial chileno.
Fue el sueño hecho realidad de un hombre visionario, José Massoud Sarquis, quien entendió que la radio no era solo tecnología, sino vínculo, comunidad, alma.
En tiempos donde la televisión aún no llegaba al país y la comunicación era privilegio de pocos, Don José Massoud, apostó por la cercanía. Quiso que su gente —el campesino, la dueña de casa, el comerciante, el joven inquieto— pudiera escuchar, informarse, emocionarse.
Y lo logró. Con el apoyo técnico de don Pedro del Campo Benavente, la radio comenzó a latir como un corazón colectivo.
Desde entonces, cada micrófono encendido ha sido testigo de nuestra historia.
De las campañas solidarias, como aquella de Luis Santis, que habló durante 83 horas para exigir dignidad hospitalaria y que tuvo un inolvidable éxito.
De los programas que marcaron época, como La Marcha del Deporte de Sergio Medina Conejeros, programando, a ritmo de cumbias, la cita de recuerdos y muchos otros.
De los operadores, locutores y soñadores que dejaron huella: Manolito Carreño, Hernando Celedón, Osvaldo Martínez Collins, Humberto Espinoza, Armando Cortés, Guillermo Moreno, Mario y Rubén Alvear, Víctor Marín, Pepe Machel, Alberto Ríos Palomo, Sergio Darío Rojas… y tantos otros que aún viven en nuestras memorias.
Y cómo no recordar a Yeri Campos Fredes, quien nos enseñó que la radio no se improvisa: se respeta, se honra, se vive. Su puntualidad, su pasión, su entrega, siguen siendo faro para quienes hoy sostenemos esta misión.
En 1978, la familia creció con el nacimiento de Radio Caricia FM, primero en el 104.5 como Melipilla Stereo y luego en el 102.3, ampliando su cobertura a Talagante, San Antonio y más allá.
En 1997, dimos el salto al mundo digital, y hoy —en este 2025— somos el sitio de noticias más visitado de la zona, con presencia activa en Facebook, Instagram, YouTube, Podcasts y X. Somos más que una emisora: somos el medio más creíble, más cercano, más presente de la provincia.
Pero también hemos vivido pérdidas que nos marcaron. La partida de don José Massoud en 1994, y luego, el año 2022, la de su hijo José Luis, nos dolieron profundamente.
Sin embargo, sus legados fueron asumidos con amor y responsabilidad por la Señora Rosa, apoyada por su hija Pilar y Rodrigo, quienes guían a nuestras emisoras hacia una nueva era. Porque la radio no se hereda: se honra, se transforma, se multiplica.
Nuestras emisoras han estado presentes en terremotos, inundaciones, epidemias, campañas sociales, momentos de gloria y de dolor. Cuando todo se cae, nosotros estamos al aire. Cuando la esperanza flaquea, nosotros la transmitimos.
Cuando la comunidad necesita ser escuchada, nosotros abrimos el micrófono. Así fue en 1985, en 2010, en la pandemia del Covid-19, y así será siempre.
Fuimos semillero de artistas, como Los famosos Hermanos Bustos y también de voces del Quelentaro, entre otros.
Seguimos creando espacios para la música local, como el Voy Saliendo, Generación 102.3, interferencia musical, Radar, Todos a Bordo y muchos más. Y mantenemos vivo el histórico Musical Azteca, que desde el primer día ha sido parte de nuestra identidad.
Nuestro informativo Radioprensa es el más escuchado, el más respetado, el más influyente.
Porque aquí no hay espacio para la desinformación. Investigamos, contrastamos, respetamos. Somos el puente entre la comunidad y las autoridades. Somos la voz que no se vende, que no se calla, que no se aleja.
Hoy, en esta nueva etapa, abrazamos la tecnología sin perder el alma. Porque aunque el mundo se conecte con un clic, nosotros seguimos llegando donde otros no: al campesino en su faena, a la dueña de casa entre sus quehaceres, al comerciante en su mostrador, al conductor en su ruta, al corazón de cada uno de ustedes.
Porque nuestras radios no son solo sonido. Es compañía. Es memoria. Es resistencia.
Es el eco de una comunidad que no se rinde.
Radio Serrano… siempre presente. Radio Caricia… siempre más.
Radioprensa… siempre veraz.
Porque esta historia no se apaga. Se multiplica. Se transforma. Y sigue sonando.
Y así, como aquel 23 de septiembre de 1961, seguimos al aire. Con más fuerza. Con más medios. Con más corazón.