En el corazón de la comuna de Talagante, donde el hospital se ha transformado en un pilar de apoyo para cientos de familias, existe un programa que pocos conocen, pero cuya labor es invaluable.
Se trata de la Escuela Hospitalaria, una iniciativa que busca garantizar el derecho a la educación de niños y jóvenes que, debido a condiciones de salud complejas, no pueden asistir regularmente a un aula formal.
Desde hace años, este programa ha sido el puente que conecta a estudiantes con el aprendizaje, sin importar las barreras físicas o mentales que los separan de las escuelas convencionales.
La misión de los docentes va más allá de transmitir conocimientos; el objetivo es brindar contención, motivación y, sobre todo, la certeza de que estos niños no están solos en su proceso educativo.
Lo más destacable de esta iniciativa es su enfoque personalizado. Los profesionales de la Escuela Hospitalaria se trasladan hasta los hogares de los alumnos, llevando consigo libros, materiales y el compromiso de brindarles una educación digna y adaptada a sus necesidades.
Tatiana Díaz, docente de este programa nos entrega detalles del mismo:
Es un esfuerzo titánico, pero profundamente gratificante, que ha cambiado vidas y ha abierto nuevas oportunidades para aquellos que, de otro modo, habrían quedado fuera del sistema escolar.
A pesar de la relevancia de este programa, pocos habitantes de Talagante están al tanto de su existencia.
Difundir su labor es clave para fortalecer el apoyo social y para garantizar que más familias puedan acceder a este servicio esencial.
Porque la educación no es solo una meta, sino un derecho que, gracias a iniciativas como esta, puede llegar a cada niño sin importar las circunstancias.