Una inédita incautación realizó personal de la Aduana de San Antonio, en la región de Valparaíso, tras detectar cerca de dos toneladas de vainillas y casquillos de municiones de distintos calibres que intentaban ser exportados ocultos en sacos.
La mercancía había sido declarada como desperdicios y desechos de cobre, lo que motivó la selección y apertura del contenedor para verificar que lo declarado coincidiera con lo presentado para embarque.
Durante la inspección física, los fiscalizadores descubrieron que, además de chatarra metálica, los maxi sacos contenían vainillas y casquillos de municiones ocultos.
Natalia Garay, jefa de fiscalización de la Aduana de San Antonio y actual directora regional subrogante, explicó que se trató de un trabajo arduo, ya que la mercancía debía ser pesada, contabilizada y evidenciada en sus características esenciales.
En coordinación con la Dirección General de Movilización Nacional, se verificó que los elementos correspondían efectivamente a municiones y que no contaban con autorización para su exportación.
Ante esta situación, la Aduana presentó dos denuncias: una por declaración maliciosamente falsa de exportación, según el artículo 169, y otra por contrabando de mercancías prohibidas, dado que al no tener permiso de la DGMN se convierten en mercancía prohibida bajo la ley 17.798 de elementos controlados.
El caso fue informado al Ministerio Público, que continuará las diligencias para determinar el origen y la procedencia de los casquillos y vainillas.