La escuela Padre André Coindre en el cerro Bellavista de San Antonio, fue escenario de una ceremonia marcada por la conmoción y el dolor.
La comunidad educativa se reunió para despedir a Nicolás, de 10 años, e Isidora, de 6, quienes fallecieron el pasado viernes 3 de octubre en una colisión vehicular ocurrida en la Ruta 78.
Ambos eran estudiantes del establecimiento, cursaban cuarto básico y kínder, respectivamente. El acto se desarrolló en el patio del colegio, con una alta concurrencia de familiares, compañeros, docentes y vecinos. Los féretros fueron ubicados junto a los pupitres que los menores utilizaban, en un gesto que evidenció el impacto de la pérdida en el entorno escolar.
La tragedia ha generado una fuerte reacción en la comunidad, no solo por el vínculo afectivo con los niños, sino por las circunstancias que rodearon el accidente. Se confirmó que el conductor del taxicolectivo involucrado se encontraba bajo los efectos de narcóticos, no contaba con licencia de conducir y mantenía arresto domiciliario vigente.
La madre de los menores, quien viajaba con ellos, permanece hospitalizada en estado crítico.
El caso ha reactivado cuestionamientos sobre la fiscalización de medidas cautelares y el control de conductores con antecedentes judiciales.
En medio del duelo, se ha instalado un clamor por justicia que trasciende lo familiar y se extiende a toda la comunidad, que exige respuestas frente a una tragedia que pudo evitarse.
El ambiente estuvo marcado por la tristeza, pero también por la indignación ante un hecho que ha remecido profundamente a la comuna.