La controversia que involucró al gobernador Claudio Orrego tensionó al máximo las relaciones internas del Consejo Regional Metropolitano.
Mientras el bloque oficialista cerró filas en defensa del jefe regional, la oposición, compuesta por consejeros de la UDI y Republicanos, mantuvo la presión mediante un requerimiento formal de destitución presentado ante el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel).
El ambiente dentro del cuerpo colegiado se tornó hostil, con evidentes divisiones entre los representantes regionales.
En conversación con esta emisora, la consejera por la provincia de Melipilla, Cristina Soto, calificó el requerimiento como “un show mediático” y aseguró que la iniciativa no hizo más que intensificar el clima de confrontación.
Soto reconoció que los roces entre los integrantes del consejo se agudizaron. Desde su perspectiva, los impulsores de la acusación generaron una presión constante sobre el gobernador y su equipo, exigiendo reiteradamente documentos que, según afirmó, ya habían sido entregados y explicados por la propia autoridad.
La consejera expresó su respaldo a Orrego y manifestó su esperanza de que el Tricel le dé la razón, confiando en que el proceso judicial no derive en más que un “mal rato” para el gobernador.
La acusación contra Orrego no sólo encendió tensiones políticas, sino que dejó al descubierto el nivel de polarización y desgaste institucional dentro del consejo regional.