Un nuevo caso de violencia infantil estremeció a la comunidad de Llolleo, luego de que Carabineros confirmara una denuncia en contra de una madre por agresiones extremas cometidas contra su hijo de tan solo 13 años.
El menor habría sido quemado con un chispero y posteriormente intentado ser ahogado, en un acto que fue calificado como de alta gravedad por las autoridades policiales.
La situación fue alertada por vecinos de una población del sector, quienes prestaron socorro al adolescente tras verlo huir desesperado de su vivienda el jueves por la noche.
Según su relato, el niño llegó completamente empapado, en crisis de pánico y con visibles signos de maltrato, narrando que su madre lo había agredido en reiteradas ocasiones, sumergiéndolo en agua y provocándole quemaduras.
La actitud de la progenitora durante el procedimiento fue descrita como distante y sin señales de arrepentimiento, lo que incrementó la preocupación entre los vecinos y el personal policial.
Dada la gravedad de los hechos, se emitió una orden de arresto que fue ejecutada por Carabineros de la Subcomisaría de Llolleo, iniciando las diligencias correspondientes.
Este caso vuelve a poner en el foco el impacto del maltrato infantil al interior de los hogares y la necesidad de una respuesta eficaz desde el sistema judicial y los servicios de protección.
La intervención oportuna de la comunidad fue clave para evitar un desenlace aún más trágico. Las autoridades reiteraron el llamado a denunciar cualquier señal de violencia hacia menores, para garantizar su seguridad y bienestar.